Bueno, ha llegado el momento de poner a tu lindo(@) OC, o ya sea medio o Feo...
Hablaremos de como lo creaste, tus inspiraciones y hasta su lore.
Que no te de pena postearlo, ¡anímense!
Y eso sí, traten de no postear mierda Suareña (kek)
Empiezo yo, no tengo más dibujos de mi OC ni nada, pero para tratar de aliviar eso hice un collage de ella.
Tal vez les moleste bastante que publique y Re publique a Mi OC bruja, pero no les he hablado de su Historia y me gustaría que aunque sea la lean a ver si los gusta.
-Su nombre es Aradia, no sabe cómo lo tiene a porque se lo pusieron, solo recuerda que su madre le llamo así y de ahí supo que así sería su nombre.
Ella vivía hasta sus 12 años en una montaña, vivió gran parte de esos años haciendo lo mismo todos los días, se levantaba, tomaba a su único amigo Dietrich que era el cráneo de un perro, y con el se dirigía a las afueras de su casa para jugar y comer, el lugar en el que vivía se hayan casi de todos los frutos habidos y por haber. Incluso, sin importar que época fuese, todos los frutos, ya sean tropicales o los de clima Templado crecían, aquí, ola podía comer lo que sea y lo que gustase, desde Sandías, Uvas, Fresas, Naranjas, mandarinas, Peras y sus muy Favoritas que eran las manzanas.
La Pequeña también tenía otra Rutina, y esa era que a veces, por su muy grave descuido, su olor corporal llegaba a ser desagradable, tanto que hasta ella se percataba de él, así que se dirigía al río y se bañaba en el y quitaba las mugres del viejo trapo al que ella consideraba Ropa.
Luego de acabado su baño y el secado de su ropa,
La Pequeña Aradia iba al centro de todo ese enorme jardín en el que se haya un enorme manzano, las Ramas del árbol cubrían gran parte de todo el sitio y ella se colgaba de brazo en ellos y otras veces buscaba una lo suficientemente cómoda como para acostarse y comer manzanas junto a Dietrich.
Y justo ahí, cuando se quedaba a mirar más allá al horizonte, siempre observaba aquella extraña nube negra que siempre provenía de la tierra, se le hacía extraño, pues no sé parecía en nada a las demás del cielo, ni siquiera a las nubes oscuras que soltaban gotas de agua.
Con curiosidad y asombro observaba aquellas extrañas nubes, sus ojos Púrpuras humedecidos brillaban con sentido de aventura y Curiosidad por ver qué era aquello. Ya la chica había tratado de ir a aquel sitio, pero las palabras de su madre le invadian su mente y por terror más de ella de que le decía, Aradia devolvía sus pasos...
Ya cuando era llegada la tarde y el sol se ocultaba dando paso a la luna y las estrellas, la joven se dirigía, algo desconsertada a su casa, entraba por la vieja puerta de madera mal olíente y con paso lento y de puntillas, se dirigía a los trapos sucios que se encontraban en el suelo donde dormía, después de que todo quedaba casi por completo a oscuras, ella se tapaba con las sábanas amarillentas y Abrazaba hacia su pecho a Dietrich... Todas las noches, ella podía también ver cómo en una de las esquinas de dónde estaba a unos ojos grandes y amarillentos que no tomaba ni un segundo para parpadear y se quedaban fijos a ella toda la noche... La chica le aterraba, para lidiar con esto solo cerraba sus ojos y abrazaba aun más más fuerte a Dietrich hasta quedarse dormida.
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