Lupus, Viejo amigo.
Ay! Si todo ese amor hubiese sido cierto… todas esas visiones…
¡cómo nos gustaban esas naves! ¡Cómo nos gustaban!
Auguraste que mi estrella se volvería un lugar inhabitable. Hiciste de todo por desengañarme, pero tu lengua es una vieja amiga mia. Me dijo más.
Recuerdo una noche en el Gran Restaurant de la naturaleza. Una noche de tierra llena en la luna. Aquella cuando mi cuerpo para vos cruzó la línea y murió a carcajada limpia.
Una noche más donde mi padre en los cielos se merendó a tu padre en los cielos y el cordero fue lobo del lobo.
Querido Lupus. Caballero Magistral, no es que vos no me gustes, no me gusta tu trabajo ¡Un coloso goloso cometiendo brujerías de bebito!
La violencia que añoras regresara en cuanto el nuevo Satán encuentre pareja… y será, quizás, la última pulsión de esta vida. Es fácil reconocer en vos los cromosomas del éxito, pero conmigo se da una rara paradoja:
Pienso para mi Bah total el oficio de dios es perdonar.
-Y me coloco mi virgo de descarne. O sea, si sobrevivo ya no soy ni un cordero. Y así me veo más de una vez, amargado como el culo de un pepino, envidiando el quilombete que voz estelarizás. No quisiera que sufrieras mi pasión ni por una sola noche.
Hasta pronto, querido amigo.
Perdido por Perdido
RULO, EL CORDERO
PD: Dame pan y dime tonto