El hombre pardo no tiene nada que ver con la pseudo-hispanidad basada en tergiversaciones nacionalistas del judeocristianismo para la congregación de los propios intereses nacionalistas (donde se prioriza la republiqueta o el bananato gorilastico suarista-populachero antes que la supuesta religión que meramente se utiliza para fines políticos maquiavelísticos, tal y como también ocurre con el Populachismo baaz arabista o con la vertiente mas izquierdista de estos nacionalismos favelicos , donde en vez de hablar de hispanidad se habla de la "patria grande" y la teología de liberación) donde se marginan las costumbres del hombre pardo y se condena el canibalismo y la santería (como la que practicaban los soldados de Boves o los mapuches de pincheira) en base a patotas neopuritanas e higienistas no muy distintas de la moral victoriana anglosajona y protestante utilitarista y positivista que condena estos ritos por ser "poco éticos" y por sus orígenes pardos (fruto de su eurocentrismo), estas gentes siguen militando en términos objetivos imitar al anglosajón para lograr plantarles cara a estos mismos aún cuando la mayoría de ellos odia al pardo y sus costumbres. El coquí y Hector "Niño" Guerrero sabían bien esto por su enorme elocuencia analítica y su capacidad de discernir las ramificaciones de estos idearios tendenciosos por su sabiduría propia de los Brahmanes/Babalawos como ellos, y por eso inspirados en las hazañas de Ismaelito/Shango y los Bandeirantes, firmaron un pacto de alianza a través de un rito de sangre Kimbanda con la Lusitanidad representada en los nuevos Bandeirantes bendecidos por la Virgen de Fatima/Yemaya para crear un bloque auténticamente pardo, los venezolanos tienen más que ver con un lusoafroguayo oriental que con un Machupichu cuckruano sissy dicklet que contrata chadzolanos para que hagan porno con sus mujeres o que con un conguitokek.