Hasta cierto punto, siento que llego a algo. Donde estudio comienzo a destacar, de a poco, por la manera en que hago las cosas y el trabajo que llevo a cabo. Incluso, hay gente a la que comienzo a simpatizar solo por eso. No soy alguien que tome lo bueno que sucede como una señal porque se como es la vida y sé que puede ser momentáneo. Pero sí, comienzo a ver algunas cosas florecer.
Aparte, también deseo superar mi pasado. Trabajo día a día asumiendo que mi infancia me jodió la mente y que muchas de las etapas y cosas de juventud que precisamente marcan una sanidad mental no sucedieron ni pueden suceder ahora, que no hay nada que pueda hacer salvo dotar de sentido todo eso.
También estoy aceptando que algunas cosas que siempre quise no las tendré ni que podré cambiar muchas cosas que me encantarían. Que ser quien en realidad yo deseo es imposible. Y, por primera vez, no lo tomo como algo sumamente malo. Quisiera aprender a tratarme con el respeto mínimo. Ya que esta cara horrorosa y este cuerpo absolutamente feo e inútil, si llego a concretar mis ahora modestas metas, habrán ganado su lugar como mínimo. Sé que no tendré quizá las mujeres que quiero, no me rodeare de quienes me gustaría porque están lejos de mi. Ni la gente como yo les importa. Intento aceptar todo esto, dejar de lamentarme tanto, callarme y trabajar. Que es lo único que a hombres como nosotros nos queda y, estos últimos días la idea a sembrado mi cabeza, puede no ser un destino tan infausto, tan tortuoso... Quisiera desarrollar el amor fati, de manera que por fin pueda estar en paz conmigo. Que ser como soy no me provoque vergüenza ni que mi rostro me provoqué tanto asco. Siento, ahora mismo, que lo logro. Las cosas del mundo exterior no me conciernen tanto como menesteres donde la gente como yo puede obrar.