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Un viento frío, pero no tan frío, barría las ruinas del templo mientras Saruke Uchida observaba el cielo nublado. Rechazado por su linaje corrupto de hechiceros, su vida había sido de soledad y oscuridad. Sin embargo... estaba decidido a descubrir la verdad detrás de la magia corrupta que asolaba Eldoria. A lo largo de su viaje, Saruke conoció a varias mujeres que, fascinadas por su fuerza y determinación, se enamoraron de él. Kaede, una guerrera esclava, y Ayame, una hechicera joven de grandes pechos, fueron algunas de ellas que lo acompañaron en su travesía. Todas las noches Saruke las complacía a ambas, y ellas siempre pedían más.
<El descubrimiento de su destino
En unas ruinas antiguas, Saruke descubrió su verdadero destino: era la reencarnación de todos los dioses antiguos de Eldoria. No solo estaba destinado a salvar el mundo, sino que él mismo contenía el poder divino.
<La batalla final y el triunfo
Enfrentó al ser más poderoso de la tierra, una manifestación del mal primordial que amenazaba con consumir Eldoria. El combate fue épico, con cielos partidos y tierra temblando. Al final, Saruke desató su poder divino y derrotó al enemigo, purificando la magia y salvando al mundo. Resultó ser que se trataba de una reina demoníaca, la cual también se enamoro de Saruke.
<El gobernante del mundo
Tras su victoria, Saruke se convirtió en el gobernante de Eldoria. Las mujeres que lo habían acompañado en su viaje, incluidas Kaede y Ayame y la Reina demoníaca, se convirtieron en sus esposas, viviendo bajo su protección. Aunque siempre mantuvo su carácter distante, fue un rey justo y poderoso.
<Epílogo
Con el tiempo, Eldoria floreció bajo su reinado. Saruke, al final de sus días, se retiró a las montañas, donde contempló en paz el mundo que había salvado. Aunque su nombre se desvaneció con los años, su leyenda como salvador y reencarnación de los dioses vivió para siempre.