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Nunca había manejado algo tan inusual como esta máquina, se siente bastante raro pero a su vez se siente poderoso como si estuviese manejando un tanque de guerra e incluso siente mucho más poder que un mero tanque, en cuanto al ambiente del campo de batalla, no es muy diferente al de donde vino, solo se le agrega estos robots a la ecuación, lo que no es poca cosa, le sigue sorprendiendo la existencia de estos seres de acero dignos de fantasía.
"Esto es una locura..."
Susurra para si mismo mientas los otros pilotos de robot hablan entre ellos pero era momento de entrar en acción así que llena sus pulmones de aire y tras un par de segundo reteniendo la respiración, lo suelta tranquilamente, mentalizadose de que estaba en alguna ciudad del medio oriente y que iba a matar judíos, con esto en mente, arremete contra uno de los robots y asesina sin remordimientos a uno de esos hombres extraños, volviendo en chatarra su maquina y luego voltea al otro y como una amenaza, dice:
"No queda uno ¡Queda un ejército entero de una sola persona! Yo."
Grita esperando que alguien más le oiga ya que este tipo era hombre muerto y dicho y hecho, lo asesina tan fácil que se le salen pequeñas risas, piensa que si lleva esta máquina a su país de origen, la guerra será perdida por Israel y podrán desaparecer a los judíos de la faz de la tierra, esto aunado con La sensación de poder, le produce una felicidad que no había sentido en años, matar nunca fue tan disfrutable como ahora.
...
Aprieta los dientes debido a la enorme dificultad que reside en manejar esta cosa, afortunadamente es un militar con adiestramiento por lo que poner fuerza bruta no es tanto problema, el problema es aguantar y seguro casa segundo que pase dentro de ese tal Gungear, se va a sentir más cansado y por ende no podrá manejar más el robot pero bueno, la adrenalina de su cerebro no le deja pensar en eso ni tampoco deja que escuche lo que dice Lancelot, solamente avanza contra el siguiente enemigo.
"¡Que no crean los infieles que van a escapar! ¡No podrán! ¡Preparad contra ellos toda la fuerza, toda la caballería que podáis para amedrentar al enemigo de Dios y vuestro y a otros fuera de ellos, que no conocéis pero que Dios conoce! Cualquier cosa que gastéis por la causa de Dios os será devuelta, sin que seáis tratados injustamente. Si, lo contrario, se inclinan hacia la paz, inclínate tú también hacia ella! ¡Y confía en Dios! Él es Quien todo lo oye, Quien todo lo sabe. Si quieren engañarte, debe Dios bastarte. Él es Quien te ha fortalecido con Su auxilio y con los creyentes, cuyos corazones Él ha reconciliado. Tú, aunque hubieras gastado todo cuanto hay en la tierra, no habrías sido capaz de reconciliar sus corazones. Dios, en cambio, los ha reconciliado. Es poderoso, sabio ¡Profeta! ¡Que Dios te baste! ¡Y a los creyentes que te han seguido! ¡Profeta! ¡Anima a los creyentes al combate! Si hay entre vosotros veinte hombres tenaces, vencerán a doscientos. Y si cien, vencerán a mil infieles, pues éstos son gente que no comprende. Ahora, Dios os ha aliviado. Sabe que sois débiles. Si hay entre vosotros cien hombres tenaces, vencerán a doscientos. Y si mil. vencerán a dos mil, con permiso de Dios. Dios está con los tenaces... "
Cita al coran, especialmente a
Sura 8: 59-66 y lo hace con una voz tranquila pero que a su vez causa miedo, seguramente Lancelot debe preguntarse como carajo puede decir algo así con tanta calma como si estuviese seguro de algún tipo de intervención divina, lo que no sabe es que Abdul está adoctrinado con una religión que premia la muerte en el combate así que no va a huir, rendirse es lo último que piensa por lo que no hace caso y se abalanza en contra del extraño enemigo con el fin de cortarle el brazo que levanta y luego tomar ese mismo brazo para estamparselo en su cara y partirlo a la mitad como hizo con los demás.
1d100 = 8