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Jamón cocido a la plancha era una opción cuanto menos curiosa de desayuno, pero servía lo suficiente para poder engañar al estómago al menos hasta la hora del almuerzo. El fuerte olor que desprendía el jamón al entrar en contacto con su misma grasa y el calor de la plancha, se apoderaba de la cocina, levantando una pequeña capa de vapor que alcanzaba tu nariz y tus ojos, asemejándose tal olor al del tan familiar cerdo a la plancha que solía cocinarse de vez en cuando. El jamón tomaba un tono más dorado y tostado gracias al efecto del calor sobre este mismo, haciéndole, no solo comestible, si no más apetitoso, cosa a la que ayudaba su fuerte olor.
Acompañando el jamón a la plancha, un pequeño vaso de jugo servía para poder ayudar a tragar los trozos de jamón tras estos entrasen en tu boca y Pasasen tu garganta. El comedor estaba mucho más solo de lo común, solo los ruidos del tenedor tomando trozos de jamón, rayando ocasionalmente el plato, al igual que la música proveniente de la radio, eran tus únicas compañeras durante Aquella solitaria mañana... El desayuno no demoró mucho, no era algo digno de un rey, o de un príncipe cuanto menos, pero peor sería estar en ayunas hasta demasiado tarde, aunque eso ayudase ampliamente con el objetivo de estirar al máximo las reservas de dinero. El plato en poco tiempo estuvo vacío, con unas cuantas manchas de grasa procedentes del jamón, que marcaban su paso por tu paladar y el susodicho plato. Apenas habían pasado 15 minutos desde que habías cocinado aquello, te habías sentado a comer, y ya habías finalizado, quedando tu estómago... No lleno, pero si satisfecho de momento.
Tras el relativamente breve desayuno, tu curiosidad tuvo que ser saciada, y te levantaste de la silla del comedor, rumbo hacia el cuarto de tus fallecidos padres. La puerta se abrió como siempre solía abrirse cada mañana cuando ambos aún estaban sobre la faz de la tierra, las sábanas estaban estiradas y limpias, como debía ser, aunque algunos zapatos de tu padre estaban ligeramente desordenados, por su persona acostumbrada a no ser demasiado cuidadosa con esos pequeños detalles... Un aura gris, por no decir melancólica, se podía respirar en aquel cuarto cuyos habitantes ya no estaban... Incluso aún estaba un vestido que tú madre se cambió a último momento, colgado a un lado...
Así pues, guiada tanto por la curiosidad, como el mismo deseo de no solamente sobrevivir por quien sabe cuánto tiempo, fuiste hacia la mesita de noche de tu padre, algo que en su vida jamás te perdonaría al estar hurgando entre sus cosas, pero, el ya no estaba, y esto venía a ser de vida o muerte... ¿El resultado?... Relojes viejos, algunos papelillos inútiles, calendarios viejos dados por talleres de reparación de distintas cosas, notas de presentación con el nombre de tu padre, con el pie de nota de "Seguridad Privada"... Habían unas cuantas monedas también, las tarjetas de crédito que no Solía usar debido a que no tenían dinero en ellas y... Una especie de cuadernillo con diversas cosas anotadas, específicamente, números de distintas personas, al igual que claves alfanuméricas, y otras cosas sin ningún tipo de lógica alguna. Además de ello, habían notas sobre la desaparición de algo o de alguien, siendo que tú padre parecía estar manteniéndole el rastro, habiendo a su vez varios nombres y números relacionados con tal cosa. Varias veces aparecia el nombre de "Mickey", con distintos números, al igual que el nombre de "Alex Draznev", pero no parecían estar ligados con lo que sea que estuviera haciendo antes de su muerte.
Entre todo ello, uno de sus números de emergencia, tenía como remitente a un tal "Rog", el cual... Te resonaba de algún lugar... En específico cuanto tú padre iba afuera a hablar por teléfono, y, cada que ese tal Rog le llamaba, se veía más contento de lo común, o hablaba durante un largo rato con el... Tal vez no sería mala idea llamar a alguno de estos números.
Si quieres, puedes postear pics de tu mona, no hay problema
>>36963
Tu teléfono marco al número de Jason, resonando un par de veces mientras ponía ambos pies afuera del conjunto de departamentos, y sobre la dura y sucia acera de la ciudad. Unos cuantos "Bips" resonaron un par de veces, sin contestación o respuesta alguna, siendo esté el caso durante 5 segundos... Luego 10 segundos... Luego 20... Luego-
>?
"¿Ah? ¿Que? ¿Quien putas está llamando a las jodidas 7 de la mañana? ¿Que carajo quieren?"
La otra persona al teléfono respondió de golpe, cuando la llamada estaba a punto de cortarse para indicar la falta de presencia del receptor de la llamada. A través del auricular, se escuchaba que algo caía, y quién estaba a través del auricular, era un sujeto recién despierto, y que a duras penas tenía el cerebro activado
>?
"¿Quien carajo es? ¿Hablan los de servicios de limpieza? ¿O los sujetos del.fisco?... Si son los últimos *Yawn*... ¡Ya les he dicho mil y una veces que aquí no hay ningún malnacido Jason Vasquez! ¡Que soy Brad Vickers, carajo!"
El sujeto al.otro lado de la línea, por poco y cuelga la llamada, tras las palabras de "Leon" saliesen de tu boca, haciendo que este último se callase un instante, y seguramente se acomodase en donde sea que estuviera
>?
"Ahhh... Leon, León, el León... ¡Ahhh! ¡Viejo!... ¿Porque llamas tan temprano?... Estaba en mi sueño de belleza matutino, deberías aprender a respetar el sueño de belleza matutino de un hombre, demonios..."
Otra cosa se escucho que caia al suelo, al igual que gruñidos y la voz de Jason acercándose y alejándose, por alguna extraña razón
>Jason
"Sisi, mira, te llamaba porque justo cuando te fuiste, conseguí algo para que hagas y así también ganó un poco de dinerito, un trabajillo en donde ambos ganamos al final del dia: Tu cómo la mano ejecutora, y yo, tu fiel y hermoso servidor, como quien te consiguió el contacto, ¿Sencillo eh?... Que fuera a las 3 de la mañana, son meros detalles"
Las calles de la ciudad, poco a poco empezaron a acomodarse con más gente que te acompañaba en tu cuasi solitaria caminata hacia el hogar de aquel tipo. Vivía tan solo a 3 cuadras de donde tú te encontrabas, y era relativamente fácil de llegar si se tomaba un autobús o un taxi, aunque a pie, te daba la oportunidad de poder ver las vías del tren que pasaban justo por debajo de la intersección a 1 cuadra de su casa, al igual que el puesto de taxistas buenachones de mediana y avanzada edad, que se estacionaban en la esquina para contar anécdotas ocasionales, beber algo de licor, fumar, o sencillamente beber café mientras lanzaban piropos indecentes a cualquier mujer atractiva que se les atravesase en medio... Una de las vecinas de Jason, una señora de alrededor de 50 y tantos años, tenía incluso un puesto de venta de chucherías y revistas, en las que curiosamente, nunca estaban las de Playboy, o para adultos, abundando en buena cantidad las de apuestas deportivas, periódicos locales, o noticias deportivas.
A través de la línea, Jason volvió a hablar, con una tetera casi estallando de fondo
>Jason
"Venga, tú tranquilo hombre, esto de seguro te va a interesar. Mueve el trasero para acá, y te daré un Té nuevo que compre anoche antes de llegar a casa: Una mierda rara importada de China Oriental llamado... Ehh... Fen chui, pero que está sabrosito y levanta hasta un muerto, ¡¿No es así, Carly?!"
Grito aquello último, y a duras penas, se pudo escuchar un gruñido femenino
>Jason
"En fin, nos vemos al rato, pero te adelanto, que está cosa va a ayudar un poco a que nos podamos a acercar a un tipo de la Yakuza... See You Later, cowboy"
Con eso último, colgó