>>40184
>Makoto
Le apartan la mano pero no cambia el semblante. Levantando ambos pulgares, asiente un par de veces.
Asi se habla, Hanae-tan
Perfilando en direccion de Midori, le sigue por detras con ambas manos detras de la nuca.
...
Le llaman la atencion pero Makoto ni mira a la chica, se adentra en la habitacion y a los segundos merodea por esta hurgueteando lo que alcanza sus manos y vista. Rapidamente se queda sin nada que hacer porque la pieza no se componia de mas de seis tatamis ya desgastados, siendo acompañados por lo que seria poco y nada de decoraciones o muebles. Ni el peor de los hostales era tan minimalista.
Cierto, cierto, los feligreses no viven de nada que no sea....Ehhh, ¿gotas de rocio y la energia del universo?
Ladea la cabeza confundido, esta seguro que escucho esa frase en algun lado, seguramente de una pelicula y no de un monje. En eso kai saca el futon y el pelinegro entra en cuenta de algo...Dormirian todos en el mismo lugar.
Era lo obvio, una mirada es todo lo que se necesitaba para caer en cuenta que esta habitacion seria compartida por tres personas. ¿Eso le molestaba?, no realmente, era un nuevo inicio y no se podia quejar considerando la situacion actual en la que se encuentra, pero si tendra que acostumbrarse un poco a tener que compartir habitacion con mas gente. Nada que le cueste la vida en lograr.
¿Osea que todos los dias seran como una pijamada?, ¡cool!...Ah, eso si, soy, pesimo para dormir. Me muevo mucho, abrazo y hablo conmigo mismo, ¡soy un desastre!, e-espero eso no sea un problema, jeje~
Se rasca la nuca sonriendo de los nervios. Sera toda una experiencia convivir en un espacio cerrado. Tal vez mas para sus nuevos compañeros que para él mismo.
Arquea una ceja cuando le relatan sobre los pagos a realizar por la estancia en el templo. Sube las manos y comienza a sacar cuentas usando los dedos. A mitad de camino se rinde y supone que no seria dificil si hay tres personas matando demonios. ¿Ayudar a los feligreses y limpiar el templo?, eso no era un problema. Lo unico que le dificultaba era la cantidad de dinero que recibe por exterminar bestias del abismo.
Conseguir un trabajo a medio tiempo sonaba a buena idea, de seguro y Kamen Rider trabajaba a medio tiempo cada que podia para costear sus Mechas.
Tranquila, Hanae-tan, yo nunca saldria del templo por mi mismo...
Gentilmente posa una mano en el hombro de Rin.
¡Sin una mascara!, todo heroe necesita un buen disfraz, o quizas maquillarme. Las mujeres hacen maravillas cuando deciden arreglarse...Deberias intentarlo, resaltaria aun mas tu belleza natural.
Sube un pulgar aprobando su propio consejo. Sin demora suelta a la chica y ahora sube tres dedos.
Tres preguntas, sempai, de momento solo tres: ¡primero!, ¿como guardo a tamayori-hime?, oh, asi decidi nombrarla, por cierto.
No era bueno nombrando cosas, hasta los gatos de la calle que decidia cuidar les ponia nombres como: nyantan y similares. En esta ocasion, la novia le recordo una figura mitologica que leyo hace mucho ya.
Me encanta, y le adoro, pero tenerle afuera parece que traera muchos problemas, sobretodo con el espacio de la habitacion...Quiero saber como haces eso que hiciste con Minamoto, lo del aura rojiza. ¡Segundo!, me llamo la atencion como tu y Midori hablaban de que mis ataques solo fueron fisicos, ¿hay mas tipos de ataques?, ¿como los aprendo?, ¡y ultima pregunta!, ¡¿quien diablos es Rai?!
Exclama y guarda silencio hasta que entra en cuenta de algo muy importante.
¡ah!, por cierto, ¿donde se come...?, ¡no!, mejor vayamos a algun restaurante, yo invito. Conozco un par que son muy buenos gracias a mis trabajos nocturnos.
Extiende el brazo y rodea los hombros de la chica, atrayendola hacia si mismo.
¡y tu tambien vienes, Kai!
Extiende el otro brazo y ahora atrapa al chico timido, apegandole contra su pecho.
Eso si, no se si mi billetera quedo intacta luego de morir...Quizas tengamos que hacer un par de trabajitos de camino al restaurante
Rie de la verguenza pero no cambia los planes. A pesar de la situacion en que se encontraba, seguia teniendo el ritmo acelerado de siempre y la mala costumbre de arrastrar a medio mundo en sus tonterias.