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<Islas Canarias
Con todo el pesar y lamentaciones del mundo, aquel plan de desestabilización americana, tendría que esperar una buena temporada, antes de poderse dar con todo el fuego y poder que merecía
creo que de forma no ironica hasta después de Los Balcanes, más aquello, antes que marcar un final, solo marcaría un "Continuará", en todo aquel asunto que se avecinaria a tierras americanas tarde o temprano. De momento, la presencia del Capitán Nazi, el Ubermensch Alemán, y posible rostro propagandístico de la nación teutona, era más que bien recibida, y sus habilidades, si es que eran puestas en duda, rápidamente eran disipadas al momento en que el vídeo de LiveLeak era reproducido, mostrándose las habilidades que el capitán poseia, en teoría, puesto que el protagonista de tal vídeo, era su contraparte americana en el Medio Oriente, demostrando un festival de
jorgismo asesinatos y destrozos a diestra y siniestra, marchandose como si nada tras todo aquel alboroto que había causado, terminase. Más allá de dejarle atónita, aquella muestra de habilidades por parte del Meta-Humano unionista, eran algo de lo cual tomar nota, e ir tomando precauciones poco a poco, puesto que, un espécimen aparentemente invencible, no debía ser tomado tan a la ligera... El punto de partida, sería el Capitán Nazi, a fin de entender mucho mejor la naturaleza de aquellos seres.
>Charlotte
"..."
Tras las despedidas de parte y parte, los supremacistas se elevaban sobre el cielo canario, de vuelta a su lugar de origen, no sin dejar una que otra pregunta en el aire, pero más de un pensamiento y suspicacia presente en la cabeza de la Canciller... El contacto debía mantenerse, y, en caso de que escalasen las cosas, probabilidad que era considerable, era mejor tener a aquellos sujetos como aliados, y no como enemigos, o proveedores a sus enemigos.
>Charlotte
"Hmm... Si la URSA llega a colocar sus manos en algo de semejante calibre..."
Sin darse cuenta, sus dedos iban dando suaves toques a la mesa... Esa imagen mental del vídeo, y su imaginación trabajando en una imagen mental del Capitán Nazi, con una hoz y un martillo, no se iban a ir tan fácilmente...
>Charlotte
"...Erika, hay que hacer un pequeño transbordo en Münich..."
No dijo más nada, puesto que se llevó su bebida hacia los labios, y dió un sorbo sin más... Había que pasar el mal trago, después de todo.
...
...Aún asi, había fiesta, había celebración, habían mil y una excusas para poder pasar ese trago amargo, y que pudiese sacarse ese horrendo sabor que le había dejado el americano con sus declaraciones y conjeturas... Quien no tenía mal sabor, era Ruth, al darse un banquete digno de un rey con toda la comida que allí había a disposición suya, y que, ante la partida del americano, y el aparente bajo apetito de la generalísima y su protectora, había quedado casi a su completa Merced; mínimo 2 o 3 estómagos más necesitaría para poder comerse todo aquello, y terminada la paella, estaba más que lista para hincar el diente en la tortilla de papa, hasta que los altavoces de la plaza, anunciaron el comienzo de aquel espectáculo taurino, siendo a su vez, la señal de que debía esperar un poco más para continuar comiendo... Y también, un pequeño momento en dónde la generalísima se acercaba hacia su homónima, echándole flores a la muchacha, más que maravillada por su entusiasmo culinario, hecho que era recibido con una sonrisa, por parte de la Canciller.
>Charlotte
"Me alegra escuchar eso, Fraü Rivera. Ruth también conoce acerca de preparación de Tés, y otras cuantas pequeñeces más, y si ha comido de tal forma, intuyo que es porque quería aprender más sobre la cocina española, y porque tienen chefs de finísima calidad"
Aún así, era medianamente extraño que hablase entre murmullos, pero la efusividad de la española, era toda una caja de sorpresas...
La entonación del himno falangista, era recibida con unanime apoyo en la plaza mayor, y, con el debido respeto, las alemanas allí presentes se levantaban de su asiento, más sin que palabra alguna saliese de sus bocas, puesto que, aunque no era su himno nacional, no había que irrespetarlo, y menos delante de la generalisima. El final de aquel acto solemne, era marcado por el sonar de las guitarras, principalmente de manos de un bonachón hombre con traje colonial, y el zapateo y movimientos intensos de la mujer andaluza. El "¡Ole!" Repicaba por toda la plaza mayor, siendo acompañada por el espectáculo principal del día, inicializado con los fuertes y vivaces movimientos de la bailarina de flamenco, levantando el polvo y su falda por todo lo alto en la plaza mayor, al son de las castañuelas y la guitarra, así como también de los vitoreos canarios. La generalísima, rebosante en su emoción, abrazaba de vuelta fuertemente a la muchacha alemana, quien se encontraba a su lado, apretujandola igual de fuerte que la vez anterior, y, de vuelta, tomándole desprevenida... Suerte era, que no era la única desprevenida, gracias a la propuesta de Ruth, acerca de aprender a bailar flamenco, algo que, desde el inicio de la guitarra, y el chasquido de las castañuelas, había plagado lentamente su cabeza, dominandole el ritmo y el sabor canario.
>Ruth
"B-Bueno, si no es mucha molestia ni impedimento, me gustaría aprender acerca de los pasos de baile, y la coreografía que es necesaria para poder bailar Flamenco"
Mucha palabrería, y mucho tecnicismo, esa clase de cosas solo las enseñaban personas estiradas a la hora de enseñar bailes metodicos e incluso aburridos, trámites mal llamados "Bailes Elegantosos", que solo eran un conjunto de reglas a seguir, en lugar de dejarse llevar por la música y el corazón propio... Aunque, una de las pocas reglas que llevaba el flamenco, era sencilla: No vomitar sobre el otro, así que, habría que esperar al menos un poco, en caso de que hubiese comido demasiado... Caso que sería el de Ruth, si el himno nacional no hubiera Sido entonado, y le hubiera dado tiempo de seguir comiendo otro platillo español.
Al final, la generalísima se dejaba llevar por sus instintos, y la hipnotizante musica, tirando la casa por la ventana, y golpeando la mesa para sacudirse cualquier loco pensamiento que se le pasase por la cabeza, que no fuese buscar a su aprendiz y pareja de baile en aquella ocasión: Ruth... Y la forma en la que la sacaba a bailar, era, cuánto menos, poco ortodoxa, al agarrarle de la.mano y jalarla para llevarsela consigo
>Ruth
"¡A-Ahh!"
La Canciller, contra todo pronóstico, no objeto aquella repentina toma, ni mucho menos, y dió su bendición, asintiendo un par de veces con la cabeza, moviendo también su zurda hacia la generalísima, efectivamente, dejándole a cargo a Ruth durante unos cuantos minutos, siendo aquello más que suficiente para la pequeña sesión de flamenco... Y la actuación de los enanitos toreros
me trajo bonitos recuerdos
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Ya en el palco, y en compañía de los músicos y la generalísima, las castañuelas le eran entregadas, casi resbalandoseles en una ocasión, puesto que, con los guantes, su correcto manejo podría ser algo estrepitoso... Al final, aquellos guantes de seda se los quito, de tal forma que sus manos, igual de blancas que la más pura leche, fueran las que sostuvieran las castañuelas. Las órdenes de la española, fueron seguidas al pie de la letra, intercalando Ruth entre mirar como se movían las piernas de la generalísima, y sus propios pasos, en un afanado intento por qué aquello saliese lo mejor posible a la primera, incluso si, en ocasiones, involucraba pisarse involuntariamente sus propios pies. Miradas indiscretas, no hubo oportunidad de que se hicieran, puesto que la concentración, y, aún más, el afán de copiar aquellos pasos lo más perfecto posible, terminaban ahogando cualquier vista chismosa.
La danza terminaba después de 4 minutos, y al final, la muchacha hacia una pequeña reverencia, agradeciendo por aquello y su tiempo.
>Ruth
"E-Espero haberlo hecho bien, es... Primera vez que hago algo como esto"