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De su interior a la palma de sus manos, de sus manos a las manos que sostienen, de esas manos a las suyas y otra vez al interior, la energía fluye en círculos, en un ciclo infinito que se alimenta con cada segundo, crece y se hace más fuerte, lo suficiente para acabar con cualquier monstruo sin importar su tamaño, lo suficiente para acabar con cualquier problema. Un solo ataque hecho con la fuerza de infinitas chicas trabajando juntas, capaces de hacer lo que sea que se propongan sin dejarse limitar. Así es como se siente el poder que todas comparten, y dejan estallar al exterior, todas a su manera.
D:
¡Ahora!
Un millón de cuchillos llueven como meteoritos sobre el monstruo, explotan al impacto con la fuerza de un millar de bombas nucleares, activando como consecuencia un volcán subterráneo que erupciona bajo el monstruo, incendiándolo, atrayendo un gigantesco huracán que aviva las llamas que consumen al árbol hasta la última rama de su copa, llamando a la vez relámpagos que lo azotan únicamente a él, con fuerza suficiente para generar un terremoto que lo arranca de raíz, derribándolo sobre una cama de clavos, agujas, legos y minas, que lo hacen explotar, lo incendian y reinician el ciclo, destruyéndolo y redestruyéndolo sin darle descanso ni posibilidad de defenderse, todo en un ataque interminable que más bien aparenta ser una cantidad infinita de estos.
Cuando el ataque sin fin por fin termina, el monstruo se ve reducido a un débil brote no más grande que las chicas que lo dejaron así.
Chica:
¿Lo hicimos...?
Chica 2:
¡Lo hicimos!
Chica 3:
¡Lo hicimos! ¡Síii!
La banda canta "We did it!", demasiado pronto, pues un terremoto, más ruidoso que cualquier coro, interrumpe la celebración. De las cenizas, el brote de monstruo empieza a regenerarse. Aún en ese patético estado, el monstruo intenta crecer, trata de levantarse por encima de sus cenizas como ave fénix y extender sus raíces como alas de fuego por debajo de los escombros. Las chicas se apresuran a tomar acción.
Chica 200:
¡Háganlo otra vez!
Chica 300:
¡Gastamos toda nuestra energía en ese ataque!
Chica 100:
¡Usen los artefactos y armas de fuego!
Ako es de las primeras en obedecer, descargando toda su artillería en la semilla negra de monstruo, seguida por las bolas de pelo en llamas que escupe Uwaru, la electricidad que dispara la varita de Jeanette, las burbujas de Chica 3, arcoíris, flechas, corazones, bombas, cohetes, estrellas ninja, estrellas estelares y más proyectiles y balas de los que se puedan contar.
Chicas:
¡Arriba!
No recuerdan quien dio el primer grito, o si siquiera hubo uno. Todo pensamiento es forzosamente expulsado de sus mentes cuando suben la vista al cielo y lo ven abrirse de par en par como las puertas perladas llamándolas al paraíso, señalando la llegada del fin, con la infinidad de aullidos y bramidos de la legión infernal de ángeles caídos del cielo como trompeta de partida.
La luna, blanca y ovalada, se resquebraja, y de ella eclosionan todas las pesadillas de la humanidad, que llueven de los cielos a la tierra en un flujo tan perfecto que lo hace ver todo como una cascada del líquido más oscuro regando la semilla del mal que tiene debajo, nutriéndola y alimentándola, cada monstruo dejándose absorber por el primero para convertirse en uno solo de la forma más nauseabunda posible, uniendo sus fuerzas para crear un tallo de habichuelas negro que se estira hasta el infinito y más allá, amenazando tanto a las estrellas más lejanas como al núcleo de la ciudad donde se cultivó con consumirlas de la misma forma.
Los horrores no terminan con la transformación del monstruo, al que le crecen más extremidades, cabezas y cuernos de las que cualquier ser vivo pueda necesitar, pues de inmediato sus ramas, antes inmóviles, se estiran hacia las chicas que lo rodean, azotándolas como tentáculos inmensos como rascacielos o envolviéndolas hasta reventarlas. Los ojos también se suman a esto, disparando rayos de calor monumentales que incineran todo a su paso a velocidad luz. Las chicas mágicas, ahora del otro lado del ataque interminable e irresistible, poco pueden hacer con su energía agotada, todos sus ataques individuales no hacen mella en la dura corteza del titánico árbol.
D:
¡Huyan todas las que todavía puedan! ¡Voy a usar la corona!
Ai despierta de su conmoción y lo primero que hace es teleportar a Sophia, Ako y Uwaru fuera del campo de masacre. Desafortunadamente dejando a Jeanette atrás para que se defienda lo mejor que pueda con el primer gólem de escombros que pueda construir, uno más grande que el propio monstruo, hecho con los restos de todos los edificios y chicas a los que destruyó, un golem de Frankenstein combinando cadáveres mágicos frescos y todas las ruinas de la ciudad, alimentado con los vestigios de magia en el aire y las monedas descartadas de la zona, armado con tantos brazos como el árbol tiene ramas, cada uno cargando con las armas descartadas de las guerreras caídas. Mientras el monstruoso golem de Jeanette lucha contra el árbol, otro monstruo se prepara para nacer.
D:
¡Esta es la diferencia entre una Chica Mágica y una Chica Monstruo!
Inundada por más poder mágico del que puede contener, el cuerpo de la dullahan se transforma, ganando tamaño, perdiendo color, fusionándose con su ropa, la corona y todas las monedas negras y doradas que cargan ella y los cuerpos que la rodean.
D:
Lamenta el haber nacido, monstruo. Porque todo lo que nace tiene que morir. Todo lo que empieza debe tener un fin. No eres inmortal, ni tú ni esta ciudad. Voy a demostrarlo. Si tuvieron un principio tendrán también un final. Yo seré ese final. No puedo dejar las cosas incompletas. Debo verlas de principio a fin. Debo darle fin a todo. Aunque acabe conmigo.
>Death: The End with No End
Fuerza: ∞
Agilidad: ∞
Vitalidad: ∞
Magia: ∞
Suerte: ∞
La corona se funde con la cabeza de D, volviéndose un embudo negro que atrae y filtra toda la magia cercana directo a su ser, ahora convertida en un monstruo pálido de ojos de un infinito oscuro, la cicatriz en su cuello cubierta por un collar cervical de blanco mármol, su chaqueta fusionada con su piel en forma de alas negras, que usa para alzar vuelo directamente hacia el otro monstruo, atravesando sin esfuerzo el pecho del golem y absorbiendo sus contenidos en el camino.
[Expand Post]
D: Traigo libertad para todas las chicas mágicas. Solo en la muerte seremos libres.
Los dos monstruos, luchando por la supremacía, optan por consumir todo a su alcance, atrapando al golem y Jeanette entre la roca y el lugar duro, escila y caribdis, godzilla y king kong, y en el medio, la bella y la bestia de su creación, la cual, en un último acto de compasión por la chica que le dio la vida, toma a Jeanette con su mejor mano y, con fuerza y precisión casi infinitas, la arroja al lugar más seguro que pueda, salvándola de que corra el mismo destino que él mientras los dos monstruos lo devoran como perros salvajes peleándose por un mismo trozo de carne seca.
Volando lejos del epicentro de la pelea a la velocidad del sonido, Jeanette ve como todo se desenvuelve, como los dos monstruos transformados intercambian golpes, como se arrancan miembros, aplastan las cabezas y se destrozan el uno al otro solo para recuperarse antes del siguiente golpe, destruyendo solo el campo sobre el cual batallan, absorbiendo las cenizas y escombros del golem y todos los que perecieron antes que él. El estruendo de cada golpe es ensordecedor, incluso en el aire puede sentir las vibraciones que sacuden la tierra y levantan los escombros. Ve como cada montaña que sobrevuela se agrieta, golpe tras golpe, hasta hacerse añicos, a pesar de la distancia.