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https://youtu.be/DBWqOtqh3uU?si=QPtwMLp-opqt_mbA
El show de horror se acaba luego de un espectáculo de gran precisión quirúrgica que dejaría en vergüenza a muchos neurocirujanos.
El terror que infundías en tu objetivo se esfumó en el último tramo, ya incapacitado, aferrándose con sus pocas fuerzas a la vida, desperdicio su oportunidad, la chance que tenía la había tirado a la basura, ahora era momento de acabar el trabajo.
Justo como habías aprendido.
Monologas, era irónico, como sacado de uno de los mangas que ahora acostumbrabas leer, al parecer nunca abandonaste del todo los viejos hábitos, ahora mismo parecías un villano, como mínimo eso podría sacarle a alguien una carcajada(si tuviera un sentido retorcido sel humor), dada tu posición de supuesto aspirante a héroe.
Pero mientras te dispones a terminar lo que empezaste, tu pasado te alcanza luego de que le dejaras vía libre hacia ti mediante tus acciones, no es bonito. Aun así eso era, el pasado, lo habías dejado detrás, esa puerta se había cerrado y no la volverías a abrir voluntariamente.
Dejas a Kamikawa solo en su sufrimiento, si moria o no, sería cosa suya, tú te alejas a recoger el USB, tenías pendientes que hacer con esa información luego de tanto tiempo perdido en esta riña mezquina.
...
https://youtu.be/mWh7b8fyPDs?si=vt_VMLILWO73QJpo
Pero algo así era muy sencillo, y las cosas jamás eran tan sencillas, ¿verdad?, por más que quisieras, siempre regresabas a este punto.
El infierno se alza mientras tu oponente es consumido por su propia ambición, dándolo todo por un último ataque. Culpa suya por echar perder otra oportunidad, ibas a tener que acabar con él después de todo.
Recuperas el USB, la info valiosa estaría a salvo contigo que en cualquier otro lado.
El fuero fue aumentando en intensidad, el calor abrasador no hacía más que aumentar mientras el oxígeno se iba agotando, el metal se iba derritiendo, el edificio se acercaba al colapso, las ardientes llamas crecían como una ola amenazando a tragarte y volverte cenizas.
Era un peligro grave, un paso en falso, y estabas indefenso ante ese poder, sin embargo, tus capacidades aún estaban por verse. Si este combate tuviera espectadores (de primera ignorando el hecho de que probablemente habrían sido calcinados), aparte de verse cegados por el brillo de las flamas, estos también se habrían visto intimidados por tu presencia, la cual volvió a crecer ante la amenaza.
Tus colores siendo capaces de dejar helada hasta una habitación que se estaba incendiando, tu aura capaz de anteponerse a un ardiente infierno, el choque de las voluntades de ambos rivalizando la de los más grandes héroes y villanos.
Era irónico, el lado del
mal, no hacía más que brillar con un fulgor más potente que el del propio sol en mediodía, y tú, el lado del
bien estabas sumido en una oscuridad total, nadie que te viera en esta situación podría calificarte como un
héroe, eras un grito muy lejano de cualquier posible descripción a ello, al igual que tu oponente que por más peligroso que fuera, no dejaba de ser un hombre patético recurriendo a un ataque suicida.
El fin se acercaba, y las llamas también, pero a pesar de su incandescencia, parecía que las llamas eran opacadas por la oscuridad que cargabas tras de ti, la agonía y el temor, el horror personificado en una forma tan palpable y aun así incapaz de ser tocada.
Pero eso no era problema, ibas a hacer saber a Kamikawa aquello que sentías mediante tu hoja.
https://youtu.be/C-8hyqDgwxk?si=pN_1Rytgq0-00oTZ
Las llamas se aproximan, el metal se derrite, el oxígeno se consume, el techo del edificio colapsa, blandiendo tu espada, hace un esfuerzo para mantenerte en pie a pesar de la falta de aire, y lanzas un corte.
Un arco de gran amplitud se abrió paso, el viento fue cortado, la barrera del sonido rota, la oscuridad se abrió paso para cortar la brillante flama. Esta fue cortada, su potencia menguo, pero no era suficiente, esto no era algo que podías afrontar con mero poder, la fuerza bruta estaba relegada para otros, tú eras un especialista, eras preciso, eras letal, había que ponerle un poco más de empeño.
Uno tras otro, con velocidades vertiginosas superiores al sonido, cada corte con precisión milimétrica, incluso mayor, cada uno con el propósito de desestabilizar la llamarada que te consumiría de no ser por tus constantes swings mortíferos que la mantenían a raya. Mientras más te acercabas a él, tu oscuridad por más extraño que sonara, brillaba con mayor intensidad que las mortales flamas.
La llamarada de Kamikawa termino por destruir la zona del laboratorio, las paredes y el techo salieron volando, el estallido de fuego siguiendo su camino hacia el bosque, eso detrás de ti, delante, tus constantes cortes iban más allá de las flamas e iban cortando en pedazos el edificio, el cual se iba cayendo alrededor de ustedes dos.
Entonces, una oportunidad.
Todo el torrente de cortes termino dando fruto, tenías una apertura, una pequeña apertura con un valor millonario, aquello que daría fin a esta contienda, las llamas se reflejan en tu hoja, el rostro calcinado de tu enemigo en tus ojos, mientras que en los suyos te veías reflejado tú, una oscura presencia, una entidad que dejaría por siempre marcado a este hombre...si lograba sobrevivir claro esta.
Del corte cuál espadachín, cambias a la estocada del esgrimista, la cual viaja como bala, entre las flamas hacia Kamikawa.
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En un ángulo inclinado (por la diferencia de altura entre ambos) la estocada atraviesa parte de su garganta, causando un escape a las flamas como fuga de gas.
El corte continua, desgarrando la carne y tendones, sube hasta llegar a la mandíbula, cortándola en dos partes, una queda colgando de un hilo y la otra se cae luego de que el hueso que la mantenía en su lugar fuera desintegrado.
La parte derecha de su cabeza desaparece, su oreja, ojo, mejillas y cráneo son destrozados, la sangre evaporándose en el acto mientras parte de sus sesos se desparraman en el suelo ardiente para ser cocinados.
Sus ojos hervidos y blanquecinos, terminaron de perder su luz, el torrente de flamas ceso, volviéndose unas débiles ascuas que se escapaban involuntariamente de sus múltiples heridas. El cuerpo de Kamikawa colapsa en el suelo, boca abajo, ahora un esqueleto carbonizado, un cascarón de lo que había sido hace rato.
https://youtu.be/bwbNUf1rZ6Q?si=MJLnQfCAX85Junmd
Ningún movimiento, ningún instinto te hace reaccionar, en lo que puedes calmar tu respiración y tomar algo de aire fresco, las quemaduras en tu cuerpo arden, tus músculos gritan de dolor y sientes la fatiga luego de haber estado frente un poder de tal magnitud. Pero estabas seguro de algo, habías ganado.
El laboratorio había quedado destruido por el combate, sumido en llamas y escombros.
Si mirabas a tu espalda, una buena parte de la vegetación de la zona y parte de la selva estaba en llamas, el atardecer ya pasaba a ser una noche nublada, pronostico de lluvia en camino, mucho más cercano con las llamas esas calentando la atmosfera, ya la naturaleza misma apagaría el incendio.
Tomas el USB, y al verlo en tu mano, sabes que todavía tenías cosas pendientes por hacer antes de que la noche se acabara.
Sin tiempo que seguir desperdiciando, encaminas de vuelta al hotel, ya tus profesores o en el peor caso, tus compañeros sabrían como seguir con todo el tema heroico.
Le das un último vistazo al guardia, él había hecho su decisión, nada que pudieras hacer, abandonas de una vez el área de investigación.
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