>>94461
>Nombre
Tsuyoshi Suzumu.
>Edad
20 Años.
>Sexo
Masculino.
>Apariencia
Un joven adulto de piel blanca, con una altura de 1,69 cm y el cuerpo tosco de un guerrero, repleto de cicatrices desde los muslos hasta su rostro, una enorme cicatriz decorando un rostro de mirada suave y amable, pelirrojo de ojos color lavanda escondidos detrás de una máscara Kitsune de apariencia mucho más intimidante que también imita la marca en su mejilla derecha. Lleva un kimono verde decorado con formas geométricas, un haori blanco, y un hakama negro.
>Armas
-Una Katana, de mango blanco decorado con un patrón de espinas negras conectando los dos extremos del mango, la guarda de mano entre la hoja y el mango decorado con un patrón de dragones dorados, al igual que una cinta de oro envuelta en la vaina.
-Una espada de madera.
-Hilos de Acero.
>Historia
Originalmente un huérfano que nació de una prostituta común, desde que tiene memoria ha vivido trabajando en el campo para diferentes terratenientes. En estas duras condiciones, creció aún así sin ser completamente una persona egoísta o encerrado en si mismo, y aunque haya sido obligado a tomar responsabilidad de si mismo muy temprano, ha recibido la ayuda de otros desde que recuerda tan seguido como ha sido repudiado, le gustaba jugar, le gustaba el Mochi, pero por sobre todo, le encantaban las historias de Samurais y Ronin, mientras más fantasiosas eran más le gustaban, su obsesión con el Kenjutsu lo llevó a practicar desde que era pequeño por su propia cuenta, hasta el día que encontró a su Maestro ideal.
Era un Ronin que buscaba lo mismo que él; Total dominio sobre la Espada, pero aunque buscaban lo mismo, incluso en ese entonces pudo notar que ambos eran polos opuestos, y realmente no tenían nada en común respecto al porqué buscaban alcanzar ese nivel Maestro, como él lo llamaba. No comprendió sus palabras y aun así insistió en ser entrenado por él, en respuesta, su Maestro lo invitó afuera del establecimiento en que se conocieron, y allí tuvo su primer duelo, el cual perdió de forma estrepitosa, sin que su Maestro haya desenvainado su Espada en ningún momento.
Pensó una y otra vez en sus palabras luego de ello, indago como pudo y preguntó a quien quisiera darse la molestia en pensar sobre ello; ¿Cuál era la diferencia entre la Fuerza y el Poder? Y recibió distintas respuestas, aunque más eran los que no le daban ni la hora del día, pero no podía llegar al motivo del porqué no pudo derribarlo ese día, y así permaneció sin responder.
El día que su aldea fue engullida en las llamas, y vio exactamente el alcance que tenía el hombre para la crueldad, es que llegó a su propia respuesta para esa incógnita que tanto lo molestaba en ese entonces. No pudo encontrar el cuerpo de su Maestro entre el fuego, lo único que pudo hallar fue su Katana aun envainada en el mismo Bar en el que siempre podía verlo, y solo con eso, pudo acabar con dos Samurais cortos en armadura que solo vieron a un niño idiota dejándose llevar por sus emociones, hasta que la hoja de su Espada atravesó sus cuellos y encararon la oscuridad antes de poder darse cuenta del error que cometieron.
El Poder para implementar sus ideales sobre el mundo que lo rodea, ese es el propósito que creó para sí mismo. Y por ello, está dispuesto a destruir todo en lo que ese mundo cree para crear su mundo ideal.