>>94551
>>94562
Podía jurar que había sido bastante tiempo, podía jurar que habian pasado incluso 1 o 2 horas desde que había entrado a aquel lugar, más temprano que tarde, todo había acabado, casi en un suspiro, en un mero abrir y cerrar de ojos. Las voces de los demonios le llamaban y le buscaban, susurros acerca de su persona, pasando desde detalles tan pequeños como su nombre completo, hasta lo que había desayunado aquel día, o incluso memorias tan profundas como aquel muchachito que había visto caminando vestido de blanco a tan altas horas de la noche con la cara tapada pero el cuello cortado por una afilada hoja... Los susurros se hicieron más y más suaves, tanto al punto en que llegaban a meterse dentro de su piel, y que cada uno de los vellos de su cuerpo se terminase levantando debido a esto.
La ludopatía, engreída y voraz como ella sola, de inmediato sobresalía entre todo aquel sinfín de voces y susurros, prometiendole cualquier cosa al alcance de su mano y bajo su poder... Podría jurar que llegó a ver incluso una sonrisa formandose mientras su voz se escuchaba, la misma que poseía un juglar de cuidado, o un embaucador de primera clase. El solo hecho de tener que tratar con semejante demonio, ya estaba haciendo mella en su ya difícil de mantener frialdad y calma, tendría que dejarle pasar... En su lugar, la cautivadora familiaridad de aquel demonio que se hacía llamar "perro", era lo que le terminaba atrayendo hacia este mismo, dejando de lado el enorme misticismo que emanaba de este... Solo un mero sacrificio, algo no muy importante, como su brazo izquierdo, era lo único que necesitaba, y de forma instintiva, se lo agarro, apretando y soltando un par de ocasiones.
No había demasiado tiempo para estar decidiendo que o que hacer, y lo último que quería, era terminar siendo la siguiente noticia en el periódico acerca de un extraño suicidio con un televisor encendido de por medio, y si algo le había enseñado el estar vivo hasta aquel momento, era que tenía pésima suerte para las apuestas... Con ello, estiró su zurda, esperando que con ello estuviera más que firmado el contrato, después de todo, aquel extraño demonio que hablaba en clave, era el menor de todos los males, ¿No?... O eso quería creer...
...Un parpadeo otra vez, un pequeño suspiro, y ya todo había acabado... No había explotado en mil pedazos, no estaba ahora mismo quemandose en el infierno, y por supuesto, ningun demonio había salido por allí a hacer de las suyas completamente libre, todo había terminado... Había Sido bastante rápido, y tranquilo...
"..."
De vuelta, se tocó el brazo, palpandolo desde el hombro, pasando por el antebrazo, su muñeca, y así hasta llegar a su mano, pues allí es donde aquel nuevo "Compañero" suyo, residiría a partir de ahora.
"Eso... Fue todo, ¿No?"
Confuso, un poco, tal vez esperaba que ocurriera lo peor, pero afortunadamente, todo salió bastante bien, a juzgar por las palabras de uno de los encargados, exhaló, pues, tranquilo debido a esto. Todo el poder de aquel demonio para el, a costa de vivir en su brazo de aquí en adelante... Que surreal se veía.
Dejando toda aquella... Experiencia, de lado, el viaje hacia el edificio principal de la unidad de Devil Hunters, era más tranquilo de lo que esperaba, apacible incluso, puesto que todo estaba bastante bien mantenido, bien iluminado, y bien acomodado, hasta quienes le acompañaban por primera vez, siendo de una división de tanta importancia y calibre, eran bastante desenfadados... Vaya que si era una diferencia notable a comparación de su último trabajo.
"Huh... Está todo bastante bonito... ¿Tienen una piscina por aquí también?"
Bromeó, pero si también la tenían... Vaya que también sería una auténtica sorpresa. Llegados a una de las puertas de las divisiones, el cartel que servía para identificar aquella división, había pasado por... Varias sobreescrituras, siendo ahora aquella área, la división de "Ya lo que quieran, con nada están contentos hijos de puta"... Peor era nada, más si que le causaba unas cuantas arqueadas de ceja, pero hey, en Roma, haz como los romanos... Con todo y todo, quien avisa no es traidor, y su asesor se aseguraba de dejar bien en claro aquello.
"¿Qué tan... Diferente?... Si me permite preguntar, claro"
Ya se iba haciendo una idea con el cartel tachado, pero aún así se atrevió a preguntar, y la respuesta a su pregunta... Bueno... Se presentaba por todo lo alto, quitándole por completo el habla y las palabras, aquellos no parecían agentes ni mucho menos, parecían niños de escuela dejados a su suerte y sin supervisión, siendo precisamente el más anciano el que más estaba a sus anchas haciendo y deshaciendo.
"...¿Está... Seguro que este es el lugar?"
Estiró el cuello hacia su interlocutor, mirándole de reojo, y, como no, hablando un tanto suave para que no se escuchará demasiado, más la cara de Hito, y su posterior golpe en el hombro, eran sellos definitivos de su "Contrato" a fin de cuentas... Aquel trío de locos vendrían siendo sus nuevos compañeros, y en cuanto a primeras impresiones se trataba, pues... Las imágenes hablaban más que mil palabras. Con ello, dió unos cuantos pasos hacia adelante, cerrando un poco tras de si la puerta, y a su vez, terminaba siendo el centro de atención de aquellos 3. Un pequeño ademan hizo con su diestra, más sin embargo, para aquel anciano que se hacía llamar Isamu, tal cosa no era suficiente, y de un salto digno de atleta, le abrazo los hombros y mostró todos sus dientes en medio de una sonrisa Colgate. Debido a ello, paso de golpe saliva, y tenso un tanto sus brazos, más que nada debido a la impresion.
"H-Hanzo Nakajima, es un placer"
...Bueno, por algo había una vacante disponible, y por algo aquel tal "Nao" se había retirado, seguramente no había podido estar más con aquel trío tan singular debido a sus locuras... ¿Verdad?...
"Tomaré esto como lo más cercano a una pequeña fiesta de bienvenida"