Las huestes americanas y Ursistas, tras muchos tapujos, tras muchos problemas, tras muchos choques, muchos sacrificios, y en especial, mucha sangre aliada derramada, finalmente aseguraban todos los pisos y cuartos del centro de gobierno de la ciudad de Fallujah, y, en menos de 20 minutos, la bandera del Estado Islámico caía de una vez por todas, poniendo fin a la lucha en la ciudad árabe... Fallujah había caído en manos de la coalición americo-ursista, Fallujah se convertia de aquí en adelante en el fortín de La coalición para la conquista completa de Irak. Fallujah, de aquí en adelante, se convertia en símbolo, no solo de la confraternidad Ursista y Americana, también, se convertia en el vivo ejemplo de la ferocidad de los combates en oriente medio, y así mismo, sentaba un precedente importante a tener en cuenta para con los israelíes, tras los números informes de bajas por mano de demonios, y aparición de estos mismos... Aún con todo y todo... La bandera Americana, y la Bandera Ursista, ondeaban en todo lo alto del capitolio de Fallujah, bañadas en la sangre de todos aquellos soldados que murieron en su conquista... Numerosos gritos de "Hurra", eran resoplados y vitoreados por boca y pulmón de los soldados comunistas, quienes campaban a sus anchas por todo el jardín del palacio de Fallujah, y a su vez, por americanos que tomaban un más que merecido descanso en las escaleras de aquel importante centro de gobierno iraki. En el techo del palacio, la teniente Dzeko se encontraba junto a la bandera ondeante de la URSA, pues había Sido una de las artífices de aquella conquista, y una de las responsables de haber izado aquel símbolo patrio... Su mirada se concentraba en el horizonte, con el sol finalmente poniéndose, y en su diestra, reposaban alrededor de 5-10 chapas identificativas, todas ellas pertenecientes a soldados de la URSA que habían muerto durante toda aquella operación... Aquellas chapas serían puestas junto con la asta que levantaba la bandera patria, aquellas chapas, y, aquellas almas, no serían olvidadas, ni mucho menos, se habrían sacrificado en vano, después de todo eso... Su boina, está vez, descansaba en su mano izquierda, y su blanca cabellera, estaba al descubierto en ese momento
>Eka
"Sada se možete odmoriti, vojnici..."
Un solitario y largo minuto de silencio le acompañó, en honor a aquellos que habían caído por la ciudad... Un largo y solitario minuto, en dónde se aseguró que nadie le viese, mucho menos le molestase, o lograsen encontrarla... Por un minuto, Eka no estuvo para nada ni nadie, solamente ella, las chapas de los fallecidos, y la bandera de su patria ondeando por todo lo alto... Aquellos que habían fallecido, seguramente adornarian el cielo de la URSA a partir de ese día, y también, serían declarados héroes de la patria, como debía ser...
Tras aquel minuto, Eka se puso de vuelta su boina, y, en el más completo silencio, descendió del techo, rumbo de vuelta hacia adentro del palacio, y en especial, hacia las afueras del mismo, a reunirse una vez más con la escuadra de su nación. Sin embargo, alguien le esperaría, y quién más, si no aquella a quien menos esperaba, la misma con quién había peleado, y la misma que le había llegado a salvar la vida en el calor de los combates: Columbia Foresight, Y está precisamente le llamaba.
>Ekaterina
"Americana, ¿Hay algo más pen-?"
Para nada, no era algún encargo de última hora, o algún aviso adicional, era... Sencillamente la americana dejando a un lado su orgullo, llegando incluso a disculparse por todo su comportamiento allá afuera, y su rampante necedad... Llegó a verla fijo por un momento, casi segura de que había escuchado mal, o que estaba probablemente delirando por el calor del desierto, o toda la locura que había acontecido durante aquel día, pero... Era real, las palabras de la americana eran bastante reales, sus disculpas eran reales incluso... Hasta esa proposición de empezar todo de vuelta, de cero, hacer como que todo lo malo nunca había sucedido en primer lugar... Antes de dar una respuesta definitiva, Columbia no se aguantaba las enormes ganas de fumarse un porro, y no cualquier porro, si no hierba de calidad preparada por Nacre: Marihuana medicinal 100% especialmente preparada para reducir el estrés, fatiga muscular, dolor fisico-emocional, y, como no, reavivar los ánimos y el corazón humano, toda una maravilla de la medicina naturalista moderna, de la mano de una de las AR más famosas que el mundo conocía; tan bueno era aquel producto, que todos los soldados se daban un buen pase de María, relajando completamente sus cuerpos, mentes y almas, ante tan tremendo pase que se echaban, pues la exhausion, y el enorme estrés provocado en aquellos lares, había Sido bastante inclemente... Esa hierba, era un pedacito de cielo entre todo aquel infierno.
Al momento en que Columbia le extendía el porro a Eka, está última lo recibía cordialmente, más lo sostenía en su mano, sin llevárselo directamente a la boca, ni sosteniendolo con sus labios ni mucho menos, pues en su lugar, por primera vez que fuera de parte propia, sin que hubiera Sido provocado por algún golpe fuerte o alguna agresión, Columbia llegaba a ver la blanca mollera de la teniente, quien se quitaba su boina en más que obvia señal de respeto, e incluso, llegaba a estirar su otra mano hacia la rubia. Aunque leve, la teniente sonrió, pues sus ojos se posaron suavemente en los de su contraparte americana.
>Eka
"Ekaterina Milosević Dzeko, Teniente del 1er cuerpo Acorazado Potemkin II; Ex-Primer oficial de tanque en la 50ma brigada acorazada del ejército libanés; e hija del Mayor General Luka Milosević, del Ejército de Liberación Croata durante las guerras divinas... Drago mi je upoznati te, Columbia"
Firme, pero cuidadoso, ese era su agarre al momento en que tomo la mano de la rubia, pues el tema de sus dedos amputados aún estaba sensible, y de buenas a primeras no se habría dado cuenta de con cuál mano la americana le respondería su saludo... Aquello, no obstante, era un buen reinicio, al menos sobre el papel, y por la forma en la que la teniente tomaba todo aquello.
>Eka
"...Empecemos de cero, Foresight, ¿Le parece?... Así empezamos bien, y sin ningún prejuicio mutuo, ni mucho menos... Así no pienso mal de ustedes los americanos, y... Así se me hace mucho más fácil poder decir lo siguiente"
Por un momento se detuvo, con el único y mero fin de tomar aire y pasar algo de saliva, pues, aquello, después de los primeros roces y de las primeras impresiones con la americana, aún costaba un poco poder decir, pero la verdad sea dicha, y el mérito era reconocido, y pocos méritos no había hecho a la hora de combatir con aquel musulmán que, por muy poco, no le había convertido en picadillo. De vuelta, tras vacilar por un momento, durante el cual sus ojos se mantuvieron cerrados, finalmente se volvieron a posar sobre su contraparte americana, más relajados, dejando la animosidad de aquella tensa tarde, y en su lugar, teniendo mucho más relajado semblante.
>Eka
"Muchas gracias por sus acciones durante nuestra lucha con aquel musulmán, contra aquel sujeto que se hacía llamar Al-Golani... Muchas gracias, de todo corazón, por su esfuerzo y por su ayuda durante aquel momento tan tenso, y, en especial, por haberme salvado la vida, en ese pequeño instante dónde la situación me gano, y mi foco se fue de vacaciones"
Dicho eso, de pronto se interrumpia, e incluso cerraba los ojos... Su agarre se hacía más fuerte, y llegaba a respirar profundo, pues de inmediato llegaba a ella el recuerdo de aquellos que habían muerto en el puente, en aquel enfrentamiento con los demonios, y el como aquel látigo de acero casi acaba con su vida, de no haber Sido por la intervención de Columbia, pagando con sus 2 dedos por aquella intromisión... Habían más palabras en su lengua por soltar, pero, abría despacio los ojos, y, en su lugar, sonreía un poco más
>Ekaterina
"...¿Gusta de un poco de Vodka junto con su cigarro... Camarada?"
(3/?)